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viernes, 3 de diciembre de 2010

¡QUÉ NENE!!!!!!

En Mendoza comenzaron (con espantosas chicanas) los juicios a los más escurridizos y protegidos HDP por estos jueces más que tenebrosos.

  Para ampliar no dejen de leer Pájaro Rojo  "De terror: el infierno de la D-2 en Mendoza"

  Bento solicitó que Romano declare con custodia de Gendarmería

El pedido es por las amenazas que el camarista habría hecho contra él y el fiscal. El juez está imputado por 94 hechos
DANIEL CALIVARES daniel.calivares@elsoldiario.com.ar
fotografia
BENTO. El Juez está otra vez al frente de la causa.
    Nuevamente ante el mismo juez y ante el mismo fiscal. Otra vez a dar explicaciones de los delitos que se le imputan. A partir de las 9, el camarista Otilio Roque Romano continuará la indagatoria por los 94 hechos que se le imputan y que pueden provocar que termine su carrera en prisión. Para esta oportunidad, el juez Walter Bento solicitó medidas especiales que tienden a proteger a todas las partes que se verán involucradas, en una indagatoria que estará muy lejos de tener las características comunes de este tipo de procedimientos.

CONOCIDOS.A fines de agosto, Romano, quien esta imputado como partícipe secundario por omitir investigar 94 delitos de lesa humanidad, fue el primero de los camaristas en ser indagado por Bento. Sin embargo, esa declaración duró muy poco tiempo, ya que después del primer día, presentó un certificado médico aduciendo que no estaba en condiciones de seguir y pidió licencia por 60 días. Paralelamente, recusó a Bento. En ese momento, todo salió a pedido de Romano. Bento se vio obligado a suspender su indagatoria y solicitar exámenes de peritos de la Corte Suprema para Romano. No obstante, antes de que los resultados llegaran, los jueces Julio Petra, Leopoldo Rago Gallo y Miguel Ángel Gálvez aceptaron la recusación hecha por Romano y apartaron a Bento de la causa. Pocas horas después, Romano cortó su licencia por enfermedad y volvió a sus labores diarias en la Cámara Federal de Apelaciones.

      Pero, los últimos días no fueron los mejores para la estrategia de Romano. El camarista ya había sido fotografiado en un bar de calle Arístides Villanueva, cenando con Petra, el mismo que lo había beneficiado apartando a Bento, pero todo eso solamente sirvió para ganar tiempo, porque la Cámara de Casación separó a Petra de todas las causas que tienen que ver con delitos de lesa humanidad y nombró a un juez para remplazarlo a él, a otro que trabajaría en lugar del suspendido y también imputado Luis Miret, y un tercero que participaría en lugar del juez subrogante Enrique Sosa Arditi. Los elegidos fueron Roberto Naciff, Hugo Echegaray y Pedro González. Los tres el viernes decidieron anular lo fallado por Petra y compañía y restituyeron a Bento en su cargo. Este rápidamente debió retomar el proceso judicial que tiene como imputados a Romano, Luis Miret, Gabriel Guzzo, Rolando Carrizo y Guillermo Max Petra Recabarren por omitir investigar delitos de lesa humanidad entre 1975 y 1983.

PROTECCIÓN. Sin embargo, está prácticamente descartado que la indagatoria sea tranquila. La primera vez que Romano se presentó, en agosto, agredió verbalmente al fiscal general Omar Palermo en varias oportunidades y días después, según algunos empleados de los tribunales federales, habría dicho que si la causa en su contra avanzaba, le pegaría un tiro a Bento, otro a Palermo y, finalmente, se suicidaría. Debido a esto, en la resolución por la cual se lo cita a Romano a retomar su declaración, Bento indicó: “Teniendo en cuenta las noticias publicadas por diversos medios periodísticos referidos a posibles atentados contra la integridad física del suscripto y al fiscal general Omar Palermo, por parte del imputado mencionado (Romano), solicítese a Gendarmería Nacional adopte las medidas pertinentes a fin de resguardar la seguridad correspondiente de las personas intervinientes en la audiencia.”

     Pero esa no fue la única precaución tomada por Bento, ya que atento a que Romano puede aducir algún problema médico, el juez que lleva adelante la instrucción de la causa, también le solicitó al Cuerpo Médico Forense la presencia de un médico, que esté presente durante toda la declaración. Romano es uno de los dos camaristas que faltan declarar, el otro es Gabriel Guzzo que por problemas de salud aún no lo hizo y según fuentes de la Justicia Federal sería poco probable que se vaya a recuperar. En tanto, el camarista suspendido Luis Miret y los ex funcionarios judiciales Guillermo Max Petra Recabarren y Rolando Evaristo Carrizo ya cumplieron con su declaración.

Reconocen que hubo zonas liberadas

      No fue mucho lo que aportaron Jorge Bergerat y Daniel Estudel, dos ex policías que trabajaron en la Comisaría Tercera cuando ocurrió el secuestro de Lidia de Marinis el 3 de junio de 1976. Ambos fueron citados porque en el libro de novedades de la comisaría figuraba que Bergerat había tomado la denuncia y Estudel había llevado adelante la instrucción. Sin embargo, los dos testigos tuvieron en común que no recordaban mucho de lo ocurrido durante la última dictadura militar y que del caso De Marinis no se acordaban nada. No obstante, ambos explicaron que, a veces, el Ejército comunicaba que iba a realizar algún operativo.
           Esto para que la Policía no acudiera al lugar y enfrentara a militares que se encontraban vestidos de civil. La afirmación de ambos se debió a una pregunta de los jueces, en la que señalaron que la noche que De Marinis fue secuestrada, la encargada del edificio donde vivía llamó a la comisaría y desde allí le contestaron que no se preocupara, que se trataba de un operativo de rutina. No obstante, ambos dijeron no recordar esa noche. Bergerat explicó que esa práctica de avisar de los operativos era normal, pero que él nunca preguntaba qué ocurría en cada caso por temor a meterse en problemas. El ex inspector, que llegó a ser comisario, también afirmó que entre militares y policías no había una buena relación.
    “Nos trataban como si fuéramos soldados del menor rango, sin tener en cuenta nuestros estudios”, señaló el ex efectivo policial. En cuanto al hecho de no recordar lo sucedido con De Marinis, Bergerat reconoció que si bien se trataba de un caso excepcional, había que tener en cuenta que una comisaría “es como la guardia de un hospital donde entra mucha gente”.

Diario El Sol

1 comentario:

Angeles Martin dijo...

Es importante que aclare que el de la foto es el Juez Bento (el hasta ahora bueno).