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sábado, 29 de marzo de 2014

Regresión social horrorosa


Post de Alicia Migliano en Facebook



Estuve unos días alejada y jamás pensé que iba a retomar mi muro con este duro pero 
necesario texto (fragmentado) de Eddie Abramovich 
Ni siquiera la horda mataba con furia instantánea y descontrolada.

Ergo, no llamemos a la asociación ilícita de cobardes asesinos hijos de puta "justicieros", ni 
"vengadores, ni "vigilantes", ni "paciencias rotas", ni presas de instintos básicos que no 
existen. Es cultura, es decisión, es propósito, es alevosía, es conciencia plena del acto, es 
discurso y obrar punitivos sin ninguna raíz en la naturaleza.
No busquemos en la protohistoria palabras que nos sirvan de metáfora para llamar a estas

bandas urbanas, porque no las hay.
En todo caso, las etiquetas están en la modernidad: escuadrones de la muerte, linchadores,
 
patotas. Que se hayan constituido una semana antes o un minuto antes es un detalle 
menor; la cultura instituyente - y celebrante, y apologética - del crimen de odio precede al
acto.
Como dicen ellos mismos, cárcel a los asesinos. No hasta que se pudran, como dicen ellos

Lo que sea justo, y con garantía del debido proceso, ese garantismo que repudian y al 
que, sin embargo, tienen derecho.
Porque los miserables hijos de puta también tienen derecho, aunque no lo sepan.



Agrego:


Y está la otra hijaputez detrás: hacerlo invisible desde los comunicadores, no vaya a ser que
la gente se de cuenta que el discurso de la "inseguridad" sin límites, promueve estas 
conductas delirantes paranoicas.

4 comentarios:

Daniel dijo...

Tal cual.

uno dijo...

Totalmente de acuerdo.

Tilo, 72 años dijo...

Averguenza y apena una barbaridad más.
Lo único que me consuela es saber que "los argentinos somos derechos y humanos".
Cuántos miembros de nuestra sociedad aún están formateados por esa fatídica afirmación, alimentados por el odio de los medios hegemónicos y la mediocridad hipócrita que jamás se preocupó por el origen de esas miserias.

Saludos

Angeles Martin dijo...

Y se visibilizó, pero justificando y perdonando a los brutales asesinos.